Aventurarse a entender cómo pasa el tiempo, buscando cómo hacer visible tanto su fragmentación como su concurrencia, es el impulso que ha acompañado a Leyla Cárdenas desde el principio de su carrera. Sus obras responden al espacio físico, al lugar, tomando en consideración la arquitectura y el contexto de sus inmediaciones, y generando, a su vez, varios niveles de significado. Entre sus intereses radica el análisis de la textura palimpséstica del espacio urbano; la ciudad misma, entendida como nodo de tiempos, espacios, interpretaciones, historias y memorias.
Entre sus últimas exposiciones destacamos su propuesta para el Espacio Odeón en Bogotá (2015) el proyecto realizado tras su residencia en Q21, Museum Quartier en Viena (2015) y la exposición que realizó en la galería Max Estrella en junio 2016. En aquella, se tomaban como punto de partida fotografías de dos edificios urbanos en el instante previo a su desaparición, con el fin no solo de desvelar el espectro del tiempo, sino también hacerlo presente al indagar en sus sedimento, reflexionando, a su vez, sobre la “ruina de la imagen” o la incapacidad de la imagen de mostrar o representar aquello a lo que se refiere.