El artista madrileño Luis Úrculo (1978) presenta este mes en su galería de Madrid Max Estrella su segunda exposición individual ‘Paisajes intuidos pt.2’, un recorrido por la arquitectura de todo aquello que no se ve cuando visitamos un yacimiento arqueológico. Como en la criminología o la astronomía, siempre hay piezas que permanecen ocultas y que necesitan ser interpretadas para poder cerrar el puzzle del conocimiento.
Úrculo, que vive a caballo entre México DF y Madrid, ha visitado numerosas ruinas de México y se ha empapado de literatura arqueológica para poder articular la muestra. Entre sus hallazgos destaca la idea de dejar las cosas tal y como están y permitir que sean ellas mismas las que se integren en el paisaje de una manera natural. ¿Cómo sería un mural o una pirámide si se hubiera dejado estar? El artista rescata para sus obras la misma materia de las ruinas, la arcilla de Oaxaca, para realizar el ‘anti gesto’ o la ‘no acción’ y poner encima de la mesa cómo se verían esos objetos y esos espacios si no se hubiesen manipulado, excavado, removido, si se hubiera dejado dibujar el paisaje naturalmente, esculpido solo por el tiempo.
Gran parte de este trabajo ha sido desarrollado durante su estancia en Casa Wabi, la famosa residencia artística ideada por Bosco Sodi, en la costa de Oaxaca, donde pudo trabajar por primera vez con piezas barro, y cocer en hornos de artesanos locales. Además de estas piezas están los videos que entierran imágenes de excavaciones arqueológicas con pintura, silenciando esta información bajo un velo de color mediante un spray, asimilando este gesto al paso del tiempo.
Todo el proyecto tiene esta idea de la acumulación, de los estratos. “La tierra es un material y una unidad de tiempo, se acumula y empuja todo lo que tiene debajo, que puede ser conocimiento, objeto, materia, memoria…”