El Museum of New Art (MONA) en New Hampshire abrió sus puertas en octubre de 2021 con una exposición inaugural del artista alemán afincado en Brooklyn Markus Linnenbrink.
En los tres espacios principales de a galería, el visitante puede encontrar pinturas, esculturas y una intervención site-specific en una habitación en la que todas sus superficies han sido pintadas, techos, paredes y suelo, en una llamativa explosión de color y forma.
Las obras expuestas varían en forma, pero existe un hilo conector entre todas: el uso experimental de colores vibrantes y un proceso de producción que el artista llama drips, drills, y reverses, acciones que dan espacio a un comportamiento espontáneo de los materiales.
Como la música, los colores crean su propio espacio. Desde esta perspectiva, pueden abrir puertas a la experiencia de uno mismo y nuestro entorno de forma sorprendente y significativa. Como la música, el color también ocupa la mente, no de una forma directa ni analítica, si no de una forma compleja y emocional.