A lo largo de esta última década Sinaga se ha esforzado en ampliar un proyecto que ha ido acentuando el deseo de subrayar una dimensión que desborde el formalismo y los sentimientos. Son conocidas sus nociones del brillo y la sombra como una de las referencias místicas que, en el sentido de Wittgenstein, son algo que se muestra y que no puede decirse. Es, sin embargo, la escritura una parte más de la obra para este artista, una extraña prótesis para la memoria que, cuando parece capacitada para explicar algo, acaba revelándose muda. Los espacios de Sinaga buscan el silencio como un lugar vacío donde precipitarnos.

Su obra ha representado a España en la XX Bienal Internacional de Sao Paulo en 1989 y entre sus últimas exposiciones podemos destacar: ”Agua Amarga” Fundación Pilar y Joan Miró de Mallorca, “Anamnesis” en el Palacio Revillagigedo de Gijón, “Fernando Sinaga 1991-99” en la Sala Amárica de Vitoria, “20 años de escultura española” en el Circulo de Bellas Artes de Madrid o “Imágenes de la abstracción” en la Sala Millares del MEAC, Madrid.