En esta muestra titulada Nihil Obstat aparecen elementos marginales de procesos históricos convulsos del siglo XX. Elementos que, generalmente, surgían desde la oposición a un poder institucionalizado y que en realidad tenían más un valor utópico que práctico. Funcionaban casi más desde un plano de operación de lo estético que desde el efectivo. Son pequeñas historias de fracasos, de choques, de obstinaciones idealistas y revolucionarias pero que se desarrollan en ambientes y estructuras que los conducen a ser vistos desde nuestra perspectiva actual como gestos poéticos que nacen con la certidumbre de su inutilidad. De ahí su proximidad a lo artístico.
En “Emergency Observer” Sánchez Castillo convirtió su propio vehículo en un blindado a la manera en que se transformaron los automóviles civiles para enfrentarlos a la maquinaria de guerra de un ejercito “regular”. El escenario ha cambiado, Los Ángeles, París, Madrid, pero los conflictos siguen ahí; latentes y camuflados bajo otros aspectos. Las imágenes presentadas corresponden a la toma de un palacio neoclásico francés, como escenificación de un golpe de estado ficticio.
Continuando con este enfrentamiento entre lo utópico y lo institucional se encuentra el trabajo realizado con canicas dispersas, otra vez, por los centros universitarios diseñados por el racionalismo de los 70. Esta vez se formalizan, creando un juego estetizante que elimina las connotaciones contestatarias y las domestica.
Desde otro punto de vista, el del poder sin rostro, presenta dos trabajos en los que la arquitectura como marco definitorio del orden es puesta en evidencia.
En “Flâneur” un ejecutivo de mediana edad pasea a caballo por los interiores y el campus de una universidad construida en parte para el control de masas.
“Mobiliario urbano” consiste en la transformación en luces para fiestas de verbena.
de máximas traducidas del Situacionismo y de campos de concentración que adquieren ahora un sentido de actualidad permanente “Ne travaillez jamais” lo traduzco como: ”Vivo sin trabajar”… aspiración del artista que huye del trabajo alienado pero también objetivo y slogan de la sociedad post-capitalista que busca una actividad creativa para los habitantes del Primer Mundo a costa de los del Tercero. Todo documento de cultura puede ser considerado como un documento de barbarie, pero Sánchez Castillo se pregunta si “Jedem das Seine” “A cada uno lo suyo” sigue teniendo valor definitorio de nuestra cultura, si un documento de barbarie extrema puede pervivir bajo otras formas. Para finalizar, la exactitud del termino latino utilizado por la censura literaria: “Nihil Obstat” (nada que objetar), esta vez con tintes de celebración.
Uno de los valores más prometedores del panorama artístico actual, es becado en el 2000-01 por la Fundación Marcelino Botín de Santander. Ya en 1999 había sido el único artista español seleccionado en la exposición de la Tate Gallery “Abracadabra”, comisariada por Catherine Grenier y Catherine Kinley, curators respectivamente del Centro Georges Pompidou de París y la Tate Gallery de Londres, y es becado en la Escuela de Bellas Artes de París para trabajar, entre otros, con Franz West. En la actualidad, algunos de sus últimos trabajos están presentes en la colectiva “Aparttement” en el Deithorhallen de Hamburgo y en la Bienal Internacional de Arte Joven 2002 de Torino.
También destaca su participación en 2000 en la exposición “Toy Stories” en la Sala Amadís del Instituto de la Juventud de Madrid, comisariada por Fernando Castro. Ha formado parte de la muestra “Insumisiones” en la Fundación Marcelino Botín de Santander, comisariada por Alicia Murría, quien ya había contado con él en la colectiva “Futuropresente”, Comunidad de Madrid en 1999. Más recientemente ha participado en Obsorge, junto con Franz West en Zug (Suiza) y en Liste 2001 de Basel, con la Galería Romain Larrivière.