Su pensamiento creativo, básicamente centrado hasta entonces en la preocupación por el aspecto orgánico y fluido de sus obras, se despliega sobre fotografías manipuladas digitalmente e instalaciones con objetos blandos en un diálogo entre ambos soportes, trasgrediendo los límites de la realidad sin abandonarla totalmente. Cecchini recrea con sus esculturas, instalaciones, maquetas y fotografías un mundo posible, inquietante por sus referencias directas al entorno cotidiano de un lugar cualquiera, en un tiempo suspendido. Sus obras representan fielmente la mezcla de naturaleza y artificio que tanto le interesa, el juego en el que los espacios-objetos simulados, diseñados virtualmente a partir del ordenador, se superponen al material real utilizado.

Cuenta en su haber con importantes muestras europeas, tanto individuales como temáticas y de grupo, entre las que figuran “Ouverture” (Palais de Tokio en París – 2002), la exposición individual celebrada en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (Santiago de Compostela – 2000), la II Bienal de Taipei y la Bienal de Valencia ambas en 2001. Ese mismo año es invitado por Harald Szeeman a participar en la Bienal de Venecia, el artista creó para la ocasión una celda de aislamiento que respira, obra que causó gran impacto escénico por sus fuertes connotaciones sociales.