Jessica Stockholder (Seattle, EE.UU., 1959) es una de las más influyentes escultoras de su generación. Su obra abarca alrededor de tres décadas y se caracteriza por un compromiso con el color y los materiales. La forma de interpretación de los objetos se ha convertido en un sello distintivo de la creación de Stockholder, ya que participa tanto de las esferas de la conceptualización como de la construcción, mediante asociaciones entre lo identificable y lo abstracto.
El interés de Stockholder se centra en el ensamblaje de objetos de diferente naturaleza y procedencia. Su obra es una interrogación sobre lo heterogéneo a través de un proceso aditivo, de superposición de materiales, en el que aúna objetos del mundo real y objetos creados por ella sin causar caos, debido a su control del espacio y de lo que contiene, con el que logra crear un orden entre lo que a primera vista parece caótico e inconexo.