La Comunidad de Madrid presenta en la Sala Alcalá 31 la exposición Cuidado con la cabeza de Bernardí Roig. Esta muestra, comisariada por Fernando Castro Flórez, supone una relectura de su trabajo a través de la selección de veintiuna obras en diferentes soportes (escultura, fotografía, vídeo, dibujo e instalación) y tiene como hilo conductor la cuestión de la metamorfosis.
Desde hace más de veinte años, Bernardi Roig ha tratado el pasaje mitológico del encuentro fatal de Acteón con Diana y la conversión de aquel en ciervo (verdadero «cazador cazado» que no podrá contar lo que ha visto mientras sufre el cruel despedazamiento de su cuerpo por parte de sus perros), considerándolo clave para su obsesiva teoría de la visión en el borde de la ceguera. La muestra, sin tener un carácter retrospectivo, propone una mirada hacia atrás para componer el relato de su trayectoria artística, e incluye obras realizadas a lo largo de las dos últimas décadas.
En la exposición se incluyen procesos (seriales) fotográficos, instalaciones, dibujos, esculturas, objetos y vídeos. Asimismo, Bernardí Roig ha planteado una intervención en la fachada del edificio que alberga la Sala Alcalá 31 y, en su afán de cuestionar los modos habituales de presentación de las obras de arte, una obra se ha instalado en un pozo de ventilación de la línea de Metro de Banco de España, cercana a la exposición. A lo largo de toda su obra el artista reflexiona en torno a «ese hombre que decidió arrancarse los ojos para escapar a la turbulencia del deseo», y con este proyecto expositivo intensifica eso que podemos llamar el (preocupante) peso de la cabeza. Emplea infinidad de registros plásticos para dar cuenta de lo que le obsesiona, sin dejar de advertirnos que tenemos que tener «cuidado» cuando nos adentramos en un espacio en el que tal vez nos resulte difícil contar lo que hemos visto.
Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965), uno de los artistas españoles más relevantes de la actual escena internacional es, en todos los sentidos, un pintor que no reduce la pintura a la condición de la ceniza para desplegar obsesivamente una actividad dibujística, que ha ido expandiendo hasta las instalaciones, el vídeo, la apropiación fílmica o incluso la deriva ensayística (como puede apreciarse en su magnífica recopilación de «monólogos» en el libro Binissalem). En el mes de octubre de 2014, Bernardí Roig presentó la intervención No/Escape en la Phillips Collection de Washington D.C. convirtiéndose en el primer artista español propuesto para participar en el proyecto Intersections que invita a dialogar con los fondos de la prestigiosa institución norteamericana. Si en La Lonja de Palma de Mallorca en 2012 fotografió a miles de personas para convertir sus rostros en baldosas de gestos crispados, en su exposición en la galería Max Estrella en 2011 presentó un vídeo en el que se apropiaba de una secuencia de El año pasado en Marienbad de Alan Resnais para ejecutar el tremendo acto de coserse la boca. Ese silencio brutal anticipa su meditación fotográfica sobre el paso del tiempo en Naufragio del rostro, 2013-2014 (una serie de autorretratos ejecutados durante un año que revelan cómo se convierte en un ser monstruoso) y la condición poética (enloquecida) del sujeto contemporáneo en POETS, 2015 (polaroids de personajes del mundo del arte reducidos a la condición de seres «abandonados», extraños «poetas» cubiertos exclusivamente con una sábana blanca).