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La Ribot

Take a Seat

15 Dic 2017 - 3 Feb 2018

La Galería Max Estrella tiene el placer de presentar en sus salas la exposición ‘Take a Seat’ de La Ribot (Madrid 1966).

Artista multidisciplinar, el Ministerio de Cultura Español le entrega en el año 2000 el Premio Nacional de Danza y en el 2015 la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, en reconocimiento a una trayectoria que parte de la danza y que más tarde desarrollaría en diversas direcciones dentro de las artes visuales y escénicas.

Con el cambio de milenio comienza una memorable colaboración con la Galería Soledad Lorenzo quien representa su obra hasta que cesó su actividad hace casi un lustro, colocando y presentando sus creaciones en prestigiosos museos, colecciones y ferias internacionales.

Es un doble honor para Max Estrella retomar aquel testigo para traer de vuelta a La Ribot a los espacios expositivos de su ciudad natal y coincidir con otros eventos que se celebran en estos momentos en Europa incluyendo sus creaciones en grandes muestras, como el Museo Tinguely de Basilea (Performance Process , 60 Years of Performance Art in Switzerland ), Le Tripostal, Lille (F), (Performance!, les Collections du Centre Pompidou, 1967 – 2017) o dentro del homenaje que el  Museo Nacional Reina Sofía está dedicando a Soledad Lorenzo, donde  también está presente el trabajo de La Ribot, formando parte de la colección permanente de ambas instituciones.

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Con esta ‘Take a Seat’ Max Estrella muestra de forma concisa tres pilares en la creación de la Ribot: los vídeos Traveling Olga / Traveling Gilles, 2003, Mariachi 17, 2009, y Walk the Bastards, 2017. Espaciados en el tiempo estos trabajos comparten el común denominador del interés investigativo de La Ribot por la imagen, el espacio y el movimiento.

Walk the Bastards, 2017, es una instalación de 11 sillas compuesta por aquellas que no fueron incluidas en Walk the Chair 2010, una obra anterior que La Ribot realizó por encargo de la Hayward Gallery de Londres y que formó parte de la exposición ‘MOVE=Choreographing You’.  Las 50 sillas pirograbadas de Walk the Chair con citas de coreógrafos, filósofos, y artistas sobre el movimiento y el arte participativo, tienen una doble función: ser leídas, convirtiendo al visitante en intérprete, o ser utilizadas en su función más obvia como punto de observación. Tanto Walk the Chair como Walk the Bastards, son instalaciones cambiantes y aleatorias en la que la silla ocupa el lugar que le da el espectador.

Traveling Olga / Traveling Gilles, 2003, presenta dos tomas individuales y no editadas de cuatro minutos de duración, grabadas cámara en mano por los bailarines Olga Mesa y Gilles Jobin. Estos vídeos son el resultado de una intensa colaboración: grabar, revisar y grabar de nuevo con cambios y correcciones. Cada secuencia supuso cinco días y al menos treinta tomas. La estrategia es esencialmente la misma en cada vídeo, pero aplicada a dos sujetos danzantes muy distintos entre sí en dos lugares diferentes. Los espacios fueron elegidos para cada intérprete en función de sus personalidades. Mesa, nacida en la lluviosa Asturias, se siente estimulada en un frío, húmedo e invernal jardín inglés, mientras que a Jobin se le envuelve en un escenario fotográfico que fuerza hasta el límite las ambigüedades espaciales del cuerpo-operador. Las paredes y el suelo están recubiertos con fotografías murales de arboledas, lagos y montañas de los Alpes deliberadamente cursis, pero a medida que la cámara “vuela” a través de ellos se convierten en una caja multicolor de “efectos especiales”: un lago azul se transforma en un cielo y los árboles de un bosque otoñal en una alfombra transitable. La melancólica y popular melodía del Entreacto III de la ópera Carmen de Bizet introduce una nota irónica a la vez que inyecta una impresión de falsa seguridad en las acciones.

Mariachi 17, 2009, es un vídeo filmado en plano secuencia de 25 minutos grabado por tres bailarines cámara en mano en el teatro de La Comédie de Genève. Las bailarinas / operadoras nos muestran la imagen que resulta de su movimiento. El cambio de manos de la cámara es principalmente perceptible en la caligrafía del cuerpo, en su ritmo, en su peso, en su atención. La primera cámara, Marie Caroline Hominal, es ligera, veloz, ágil. La segunda, Delphine Rosay, más serena, controlada, concentrada. La tercera, La Ribot, es sutil, elegante y habilidosa. Son estos los tres movimientos de una sola composición, casi perfecta, sorprendente, que  perturba la mirada del público sin sumergirla en el caos a la vez que descompone la noción de espacio, arrastrándola a la imaginaria danza de un cuerpo invisible que penetra en el mecanismo de la construcción.

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