After his recent opening at the Museum of Ludwigsburg, Germany, Bernardí Roig (Palma de Mallorca 1965) presents his second exhibition at Max Estrella Gallery in Madrid. Simultaneously, he is exhibiting at the Claire Oliver Gallery in New York, an imposing space in which the idea of loneliness and the suffocation of a man hanging from a wall obsessively dominates. That ma’s eyes are on fire, a metaphor for an inordinate subjectivity; he bears witness to loss and fully assumes the cancellation of memory.
Tras su reciente inauguración en el Museo de Ludwigsburg, Alemania Bernardí Roig (Palma de Mallorca 1965) presenta su segunda exposición en la Galería Max Estrella de Madrid. Simultáneamente está exponiendo en la Claire Oliver Gallery de Nueva York, un espacio imponente en el que domina de forma obsesiva la idea de la soledad y de la asfixia de un hombre colgado de un muro. Ese hombre con la mirada encendida, como metáfora de una subjetividad desmesurada, da testimonio de la pérdida y asume plenamente la cancelación de la memoria.
Con la exhibición madrileña “¡Levántate y anda! (Resurrección y halitosis)” pretende una reflexión sobre el símbolo de la resurrección partiendo de un dibujo de Mantegna. Es un pequeño dibujo que se encuentra en el British Museum y que representa al “Cristo Morto” con el mismo escorzo y la misma posición del cuerpo que tiene en la Academia Brera de Milán,pero que en este caso está en situación de incorporarse. Es la imagen de una resurrección “tranquila”, sin levitaciones ni ascensiones. “Representa una forma de resucitar con toda naturalidad. Es el hombre que se incorpora a la vida y no el dios que se eleva al cielo. Simboliza la vuelta aplastante del sujeto.”
A partir de ese pequeño dibujo se establece todo un conjunto narrativo donde a través de diversos soportes (escultura, dibujo, fotografía o video) se configura una sola obra, generando una atmósfera de tensión y fuerte carga psicológica, donde domina la idea de “Transición”.
“Es la aplastante oscuridad del negro la que transita hacia la luz que emana de la configuración de un rostro. Es la transición del silencio y la contemplación al insulto ensordecedor, de la quietud más absoluta al latido de la noche que son los parpadeos de una llama.”
Todas estas transiciones se dan bajo la mirada atenta de los “Dolientes”, que son el testimonio visual de la grandeza del dolor.
En la pintura del cuattrocento, la figura del “Doliente” se situaba a la izquierda del cuerpo tendido. Eran la garantía de que el acontecimiento de la muerte era llorado. En la exposición, los “Dolientes” han sido dispuestos en la sala de la derecha. Son seis “pinturas negras” de 200x100cm, donde solo asoma, desde lo más profundo de la noche, “una cabeza dolorosa, desfigurada y con un rostro marcado por los trazos de su propia disolución”
“Por otro lado, en el relato bíblico,Lázaro es el único que puede revelar la verdad, porque él viene de la muerte y por ello es sentenciado a vivir como uno resucitado al que le han arrancado la posibilidad de hablar, de hablar de la muerte. Después de tres días muerto, la única garantía que nos ofrece Lázaro es la halitosis, el verbo apestoso del que se pudre. Por eso la única posibilidad del habla se convierte en el insulto y la blasfemia.”
“¡Levántate y anda! Es una orden de una gran rotundidad. Directa, certera y sobretodo muy ambiciosa: así se construye el sujeto, un sujeto nuevo, el que ha venido de la muerte y cuya responsabilidad absoluta será la de construir imágenes.”
“Hoy podemos decir que el acto más valeroso es el de resucitar. El que se atreva a resucitar tendrá la mirada garantizada.”
“Resucitar es venir del otro lado, por eso el que resucita es realmente el que tiene las respuestas y es posiblemente por eso por lo que, seguramente, será silenciado.”
– Bernardí Roig